jueves, 12 de mayo de 2016

LA TRISTE VIDA CONTINUA

Era otro día mas, en el que se disponía Constanza a levantarse de la cama, vagamente lo hizo. De repente un ruido inquietante se escuchó des de fuera de la casa a unos trescientos metros, Constanza se dirigió a la puerta para salir a ver de donde provenía ese extraño ruido.
A lo largo de un sendero se veían difusamente a un par de hombres trajeados, militares probablemente, alzar una pistola y apretar el gatillo a sangre fría, ella se quedó parada unos instantes al ver semejante acto de violencia, atroz me atrevería a decir.
Ensimismada entró a la casa otra vez, pálida, como si se hubiese congelado en el acto.
Al rato volvió en si, y al momento se dio cuenta de que vivía en España, un país sometido a la dictadura de Franco. Entonces pensó que esos pobres hombres podían ser rojos. ¿Pero que habrán hecho esas personas para merecerse esa condena?.
¿Pensar de diferente manera? Se preguntó, no compartir las mismas ideologías políticas.
¡Odio mi vida! Gritó con todas sus fuerzas, siempre igual no poder ni abrir la boca para expresarte por miedo a morir, ¡estoy harta!
Respiró hondo y se calmó.
Se sentó en la mesa y se dispuso a desayunar pero la imagen se le aparecía en la cabeza y automáticamente se le cerraba el estómago.
Fue al baño y cuando acabó al apreciar semejante acción se decidió a volver a la cama. Mientras subía las escaleras dijo: MI TRISTE VIDA CONTINUA.
Se disponía a conciliar el sueño pero era como si aquella terrible imagen matando sin compasión a aquel hombre atado, indefenso le persiguiese por toda la casa, al cabo de veinte minutos consiguió conciliar el sueño y poder tener por fin aunque sea un pequeño respiro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario