miércoles, 11 de mayo de 2016

La guerra no era la forma de solucionar las cosas entre la gente

Si la guerra fuera una solución, en nuestras calles ésta sería abundante. Lo único que hace es causar destrozos tanto en las calles como en las vidas de la gente. Aunque tú estés en el bando vencedor, ¿quién te dice que alguien con una opinión contraria a la tuya no puede matar todo lo que te importa? En una guerra nadie puede asegurar la vida de ninguna persona y eso, por lo tanto, no soluciona nada. En lugar de hacer que todo el mundo piense lo mismo, separan más a la gente y hacen que exista un odio mútuo entre ambos ideales. 

La gente siempre ha estado y estará dividida en bandos completamente opuestos con opiniones completamente diferentes. Alguien inicia una guerra para imponer su opinión, para que las cosas sean como esa persona quiere. Empieza a matar gente que no piensa como él. Como reacción, los del bando opuesto se defienden. A partir de aquí las cosas van a peor. Los dos bandos ya son peligrosos y hieren a gente inocente. Una guerra nunca puede tener un final feliz. Terminan con muchísimas vidas y la gente viva apenas puede seguir estándolo. También, muere gente querida por aquella persona que decidió empezar la guerra. Entonces la batalla ha sido en vano. No valía la pena la muerte de aquellas personas para imponer tu ideal. Pero una guerra hace que nadie piense con claridad, y una vez ya no se puede perder nada más, entonces, la batalla continúa. Y así sigue la muerte y el dolor hasta que un bando gana. ¿Pero se le puede decir ganar, cuando realmente no te queda nada? Yo creo que cuando uno gana no se da cuenta. Está consumido por la victoria y no puede ver las vidas que se han desvanecido. Cuando se da cuenta, entonces, debe ser el ganador más triste que se pueda conocer.

Por eso yo creo que la guerra no es forma de solucionar las cosas. Ningún bando tiene razón si mata a inocentes.  Nadie gana al final. Ya no queda nada y ya nada se puede arreglar.




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