jueves, 17 de marzo de 2016

Emily Dickinson, en este retrato de su época, se ve como una mujer de mediana edad, unos 30 años, con cara de solidaria. Su pelo de color kaoba, y muy a la antigua moda, con cejas pobres y poco pobladas y y ojos que llaman la atención. Nariz demasiado grande comparada con sus facetas de mujer. Una boca poco sensual y muy monótona, con labios estrechos y coloridos. Sus facciones indican signo de soledad y angustia. Parece estar muy seria, aunque e esa época las mujeres no solían estar muy contentas en la fotografías.

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