domingo, 17 de abril de 2016

TEXTO NARRATIVO DE CIELO ABAJO

Cotanza ,ahora pienso en ti cada segundo de mi vida. He de contarte tantas cosas…, pero lo primero es pedirte disculpas , por haberte dejado tan preocupada, pero en estos tiempos es muy difícil encontrar papel y bolígrafo. Lo segundo es que en el hospital , me dio tiempo de darme cuenta de que la vida, no se me acabó en el accidente porque mi misión aquí no había terminado. He de cuidar de tu hija, es decir, la segunda Constanza . Es frágil y está perdida. Te juro que la encontraré y la protegeré y me da igual que ella no quiera que lo haga.¿ Pero si no cual es esa misión tan importante?..... Me voy, he de ir a la Estación de Atocha, allí me podre encontrar con ella...Y allí la encontré, o más bien la vi ,entrando en el tren. Entre y me senté a su lado. Estaba triste lo presentía. (¿que te sucede?), le pregunte. Se seco las lagrimas y me pregunto qué, que hacía yo allí , no tuve más ocinon que contar-le la verdad , ella me explico que te echaba de menos , anqué sus conocimientos sobre ti fueran breves , y que no podía seguir con esa farsa y que necesitaba verte . Esa era la misión la cual me había mantenido vivo en el hospital. Volver a juntaros. Erra mas difícil que encontrar una abuja en un pajal , pero le prometí que la ayudaría . A la mañana siguiente emprendimos nuestro viaje, a el cual no tenía un destino en concreto, solo la meta de encontrarte. Caminamos durante días o incluso semanas hasta la vieja caita donde ella avía nacido. Entramos y te buscamos, pero no te encontramos anqué lo que sí que encontró es decir tu hija es la fecha 7/11/36 en la cual estaba escrito su nombre, CONSTANZA. Se le cayó una lagrima y continuo andando, no le podía decir que tu habías muerto el día después de su nacimiento, pero había de decirle la verdad .Traje saliva y al fin y al cavo se lo conté no me quería creer le dije que tampoco pero esa era la dolorosa verdad. La lleve al cementerio per antes se paró a comprar el mejor ramo de rosas blancas que había anqué le costaron casi todos sus ahorros, pero no le costo comprárselas. Nos fuimos hacia la lapida, donde ella dejo las rosas blancas y unas hojas de papel escritas. (¿Que pone en la carta?) Le pregunte. (Le explico que te he conocido y que el hecho de menos que ciento que mi parto haya provocado su muerte y que la amo desde lo más profundo de mi corazón.) No pude evitar llorar le pedí que si nos dejaba un segundo a solas y ella respondió muy educadamente, que sí. Jo se lo pedí porque sabría que en ese preciso instante morirá me tumbe junto a tu lapida abrazando la cata y allí se apago el latido de mi corazón. Ahora ya estoy con tigo y observamos como tu hija crecía tranquila y rápidamente, desde la nube. Mi último mensaje hacía ella fue que no se preocupara que yo la protegería dese el cielo abajo.

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